El carnaval es una de las fechas más esperadas por muchos jujeños y propietarios de emprendimientos hoteleros en especial de los que se encuentran ubicados en el norte de Jujuy entre las localidades de Lozano hasta La Quiaca.
El Carnaval Jujeño y especialmente el “Carnaval del Norte” es una fiesta colorida y pintoresca que celebra la abundancia de la naturaleza y un escape de las normas impuestas por las costumbres españolas impuestas a fuerza de muertes en la conquista. Cinco días de desenfreno donde todo vale, todos somos amigos, todo se comparte en comunidad. ¿pero esta celebración es sostenible si se la escala a niveles urbanos?
“Los mejores carnavales fueron los de antaño”, es un sentimiento común entre los lugareños de más de 50 años que añoran los días en que la celebración se mantenía en un ámbito local y rural. Donde las familias tradicionales (estaba muy marcado cuales eran en el pueblo) invitaban a todos los vecinos un día a la vez. La comisión municipal ponía el único camión que poseían a disposición del traslado de las personas desde el pueblo de Purmamarca hasta El Molino donde uno de los días se realizaba la invitación con baile, asado y bebidas en abundancia. Todos aportaban, nadie cobraba nada, no había mercantilismo y el festejo era real y sincero.
Hoy esos tiempos quedaron lejanos convirtiendo al El Carnaval en un evento masivo, espurio y mercantilista, falso, insostenible ecológicamente, depredador e incoherente.
La iglesia católica perdiendo toda coherencia en pos de complacer a sus fieles avala con una misa y “bendiciones” la celebración dedicada a su archi enemigo, nada más y nada menos que EL DIABLO, el maligno, lucifer…

Los caminos se congestionan y los accidentes son frecuentes. Desesperados los habitantes de los centros urbanos se dirigen rumbo a los pequeños poblados norteños con el solo fin de divertirse a base de beber alcohol hasta perder cualquier tipo de inhibición con la consigna “todo está permitido”.

Son cientos de miles de las personas, entre locales (habitantes de los centros urbanos de Jujuy) y turistas que vienen a conocer la celebración, siendo mayoría siempre los residentes o los que emigraron y regresan para estas fechas que coinciden con el periodo de vacaciones de verano.
En Eco Cabins Purmamarca estamos convencidos que debemos retroceder esos 50 años, reducir la convocatoria y eliminar -o la menos reducir- el fin comercial para poder tener una celebración auténtica y sostenible. Hoy el Carnaval es agresivo para la naturaleza y nocivo para las personas que nubladas por la avaricia tienen como único fin recaudar más y más.
Todavía estamos a tiempo.