San Pedro de Atacama es una de las mecas del turismo en el norte de Chile, y se encuentra a solo 5 horas de EcoCabañas Purmamarca.
Muchos de nuestros visitantes llegan desde allí o lo tienen como su próxima parada en el viaje.
Fuimos a conocer este famoso pueblo, tan mencionado por muchos de nuestros huéspedes.
Llegar desde Purmamarca es sencillo: el recorrido es por la Ruta Nacional 52, atravesando la Cuesta de Lipán, Susques y el Paso de Jama, frontera entre Argentina y Chile. La ruta está completamente pavimentada y en buenas condiciones. Justo en el paso fronterizo hay una estación de servicio que funciona hasta las 23:00 (hora argentina), con cafetería y baños.
El trámite migratorio suele ser ágil; salvo en temporada alta, en unos 30 minutos se completa todo, incluyendo la espera. La aduana funciona de 8:00 a 20:00, y es recomendable chequear el estado del paso antes de viajar, ya que en invierno puede cerrarse algunos días por acumulación de nieve.
El trayecto desde Jama (Argentina) hasta San Pedro de Atacama (Chile) es más exigente para los vehículos. Se asciende hasta los 4.700 metros sobre el nivel del mar y hay casi 100 km sin señal de ningún tipo (a menos que cuentes con una antena Starlink).
Tras esa travesía, y después de una bajada de unos 45 km que pone a prueba frenos y caja de cambios, aparece ante los ojos un pequeño oasis en medio del inmenso desierto ocre: San Pedro de Atacama.
Algunas apreciaciones personales
¿Es San Pedro de Atacama más colorido que Purmamarca? No. Purmamarca tiene una paleta de colores naturales mucho más variada, mejor accesibilidad y una cercanía incomparable con la ciudad (a solo 50 minutos de San Salvador de Jujuy), lo que lo convierte en un destino muy atractivo.
Entonces, ¿por qué San Pedro de Atacama recibe tanto turismo? En nuestra opinión, por su magnífica oferta de excursiones y propuestas de turismo activo. Cada rincón y cada punto de interés están muy bien preparados para los visitantes. Hay opciones para ver el amanecer o el atardecer, disfrutarlo con un vino, cenar en medio del desierto y mucho más. A eso se suma su variada oferta hotelera y su animada vida nocturna.
